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Comer la placenta: ¿cuáles son los riesgos para la salud ?

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Comer la placenta: ¿cuáles son los riesgos para la salud ?

Comer su placenta, también conocido como placentofagia, ha sido un tema de debate creciente en los últimos años. A pesar de la falta de evidencia científica sólida respaldando las afirmaciones de sus beneficios, algunas celebridades y defensores de esta práctica han promovido activamente la idea, alegando que puede aumentar la producción de leche, mejorar el estado de ánimo y reducir el riesgo de depresión posparto. Sin embargo, existen serias preocupaciones sobre los riesgos potenciales para la salud asociados con esta práctica.

Los orígenes de la placentofagia

Historia y creencias tradicionales

La placentofagia es una práctica antigua observada en algunas culturas y sociedades tradicionales. Se cree que comenzó debido a las percepciones sobre las propiedades mágicas o medicinales del placenta. En algunas culturas, el placenta se considera sagrado y se utiliza en rituales religiosos o ceremonias.

La placentofagia en el reino animal

También es interesante notar que la placentofagia es común entre los mamíferos no humanos. Los animales como los perros y los gatos a menudo consumen su placenta después del parto, lo cual se cree que es por razones nutricionales o para eliminar cualquier rastro que pueda atraer a los depredadores.

Nos preguntamos entonces: ¿Es realmente comestible el placenta para los humanos ?

El placenta: ¿es realmente comestible ?

Naturaleza y composición del placenta

El placenta es un órgano temporal que se desarrolla en el útero durante el embarazo. Proporciona oxígeno y nutrientes al feto, elimina los desechos y produce hormonas para mantener el embarazo. Sin embargo, después del parto, este órgano muy especial ya no es necesario y generalmente se expulsa del cuerpo.

Consumibilidad e higiene

Aunque técnicamente es posible comer el placenta, existen serios problemas de seguridad e higiene que deben considerarse. Como lo advirtió el CDC (Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades), el placenta puede contener bacterias potencialmente dañinas, incluyendo agentes patógenos infecciosos.

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Pero, ¿qué hay de los mitos sobre los beneficios que supuestamente ofrece ?

Mitos y realidades acerca de los supuestos beneficios

Promesas falsas

A pesar de las afirmaciones populares, no existe una base científica sólida que respalde la idea de que comer su propio placenta ofrece beneficios para la salud. Las afirmaciones van desde un aumento en la producción de leche hasta una mejora en el estado de ánimo o la reducción del riesgo de depresión posparto. Sin embargo, estas afirmaciones carecen de evidencia empírica y han sido ampliamente cuestionadas por la comunidad médica.

La realidad: falta de beneficios comprobados

Una revisión exhaustiva de los supuestos beneficios de la placentofagia revela que no es una fuente significativa de hierro, no contribuye a aumentar la lactancia y no reduce el riesgo de depresión posparto. En realidad, ninguna investigación rigurosa ha demostrado hasta ahora estos efectos beneficiosos.

¿Quiénes son entonces las personas influyentes que promueven esta práctica ?

Estrellas e influencia: ¿quién consume su placenta ?

Celebridades y la placentofagia

En las últimas décadas, algunas celebridades han hecho pública su decisión de consumir su placenta tras el parto. Kim Kardashian es probablemente la más famosa defensora de esta práctica, afirmando que le ayudó a prevenir la depresión posparto y aumentar su energía.

Pero más allá de los testimonios anécdoticos, ¿cuáles son los verdaderos riesgos para la salud ?

Riesgos potenciales para la salud

Problemas de seguridad

Como ya se mencionó, uno de los principales problemas con el consumo de placenta es el riesgo bacteriológico. El CDC advierte que puede contener numerosas bacterias, incluyendo agentes patógenos infecciosos que pueden provocar graves enfermedades.

Ley y regulaciones en Francia

En Francia, la recolección del placenta está estrictamente regulada por una ley de bioética de 1994 que estipula que sólo puede ser conservado para usos terapéuticos o científicos, con el consentimiento de la madre. En la práctica, esto significa que los hospitales generalmente desechan el placenta después del parto.

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¿Existen alternativas a consumir su propio placenta ?

Alternativas a la consumo del placenta

Opciones de tratamiento

Para las mujeres que buscan aliviar los síntomas postparto como la depresión y la fatiga, existen muchas otras opciones de tratamiento respaldadas por evidencia científica sólida. Esto puede incluir medicamentos recetados por un médico, terapia y cambios en el estilo de vida.

Educación e información

También es esencial educarse e informarse para tomar decisiones fundamentadas. Las mujeres deben ser conscientes de los riesgos potenciales asociados con el consumo de placenta y discutir cualquier preocupación con un profesional de la salud.

En resumen, aunque consumir su propio placenta pueda parecer una opción atractiva debido a sus supuestos beneficios postparto, esta práctica puede acarrear riesgos considerables para la salud. Las autoridades sanitarias destacan la falta de pruebas científicas claras que respalden estos beneficios y advierten sobre los peligros de infección. Cualquier decisión relacionada con el consumo del placenta debe tomarse con precaución e información válida, teniendo en cuenta tanto las leyes vigentes como las recomendaciones de los profesionales de la salud.

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